viernes, 8 de noviembre de 2013

CONCLUSIÓN.

CONCLUSIÓN.


Según las gráficas a medida que aumentábamos los niveles de alcohol en los recipientes con el hígado de pollo y el agua oxigenada, el oxígeno iba disminuyendo, ya que lo que hacía el alcohol era alentar la velocidad con la que la catalasa descomponía el agua oxigenada provocando que el hígado recibiera un daño mayor.

Esto es lo que sucede cuando el ser humano abusa del alcohol. Las personas llegan a tener enfermedades en el hígado como la cirrosis, hígado graso, hepatitis alcohólica e incluso cáncer.

Pero si lográramos aumentar la cantidad de catalasa producida en el hígado, la velocidad de descomposición del agua oxigenada sería más rápida y los efectos del alcohol quizás no significarían un obstáculo. 

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